Hay que distinguir entre aquellas agrupaciones que aglutinan
a sus miembros en torno a una profesión o actividad, de las que se conforman al
solo efecto de cumplir fines específicos.
Los gremios conforman la primer categoría, y dependiendo el
lugar y las circunstancias, serán de constitución (y afiliación) obligatoria u
optativa.
La intención de imponer la organización de gremios obedece a
los intereses del grupo (o individuo) que detenta el poder en la
ciudad-imperio-reino, de controlar aquellas labores que puedan resultar
comprometedoras a su elevada jerarquía, o bien, para asegurar el monopolio de
aquellas actividades que resulten económicamente provechosas.
La imposición del deber de afiliación no conlleva solamente
la noción de pagar un tributo o cumplir determinadas obligaciones, hay una
normativa (a veces expresa, otras tácita) que debe ser observada. Ésta se
inspira ya no solamente en intereses particulares de los poderosos, sino que
muchas veces hace a la organización de la urbe.
Un ejemplo clásico constituyen los gremios de alquimistas y
magos. Ninguna ciudad que se respete admite estas instalaciones en los sectores
ricos o comerciales de la comunidad, generalmente sus edificios se levantan en
las partes bajas o en los suburbios (cuando se les permite estar dentro de las
murallas). El motivo de este imperativo no es otro que el mismo por el cual se
prohíbe la sepultura de cadáveres en las zonas de huertas; higiene y sanidad.
La labor alquímica es reconocida como generadora de una gran
cantidad de efluentes tóxicos que ocasionan efectos colaterales, entre ellos se
pueden mencionar: niebla alquímica, lluvia alquímica, contaminación arcana,
musgo negro y miasma necrótico (FUENTE: Entornos Urbanos D&D)
- · Niebla alquímica: los experimentos mágicos y alquímicos muchas veces ocasionan combustiones y ebulliciones que generan gases que no siempre se disuelven del todo en la atmósfera. En días secos y sin viento estos vapores se acumulan en bolsas de niebla. Los efectos en la salud generalmente repercuten en la constitución de los personajes, ocasionando drásticas reducciones que pueden dejar en cama durante varios días a los desdichados que no cuenten con una protección adecuada al toparse con esta clase de fenómeno.
- · Lluvia alquímica: algunas veces, estos vapores se condensan y se precipitan como lluvia alquímica. Este líquido se caracteriza por ser extremadamente cáustico. Cualquier criatura o personaje expuesto a la lluvia alquímica sufrirá 1 de daño por turno de manera acumulativa (primer asalto 1 de daño, segundo 2, tercero 3 y así sucesivamente) Esta clase de lluvia suele ser breve, generalmente 1d10 asaltos.
- · Musgo negro: es el responsable de severas epidemias que afectaron ciudades enteras. El contacto con el musgo negro ocasiona ascua mental, un padecimiento que disminuye en 1d4 la inteligencia del personaje. Suele apelmazarse en rincones oscuros y húmedos y es destruido por el fuego o hechizos de disolver magia o quitar enfermedad.
- · Miasma necrótico: es el resultado de combinar residuos mágicos con la angustia psíquica de las víctimas de crímenes violentos. El miasma se estanca en lugares de poca circulación, callejones por ejemplo, consumiendo la energía vital de todo lo que lo atraviese. Cualquier ser vivo que permanezca en lugares infectados pierde 1d6 de vida por turno.
Otras veces, la normativa del gremio busca la seguridad del
monarca o la preservación de las especies.
Es así como los gremios de cazadores o leñadores, no solo
que desalientan (al menos oficialmente) cualquier clase de incursión a los
bosques reales, sino que también son los que fijan el inicio y el fin de la
temporada de caza o maderera.
Todo buen gremio de esta naturaleza tiene bien delimitadas
las áreas prohibidas, no solo para evitar cualquier atentado contra la casta
dominante, sino también para impedir que sus miembros pierdan, a modo de pena,
una extremidad o la vida por husmear en bosques donde la realeza organiza sus
expediciones de caza.
Es importante que el gremio tenga una lista taxativa de las
especies aptas para la cacería, como así también la cantidad máxima de piezas
por personaje. En caso de transgredir esta normativa, el gremio tiene facultad
para imponer una sanción, generalmente pecuniaria o de inhabilitación.
Los gremios de bandidos quizá son los más populares. Aunque
su actividad se basa exclusivamente en el pillaje, la extorsión, el hurto y
demás delitos; de manera clandestina –más clandestina que su presencia y
labores- mantienen acuerdos secretos con los gobiernos. Ya sea para impedir el
crecimiento de otras organizaciones criminales, para sabotear zonas comerciales
rivales o impedir la construcción de otros puertos comerciales; el vínculo
entre los gobernantes y los bandidos siempre fue, es y será estrecho.
Un factor a tener en cuenta es que esta clase de gremios
exige a sus miembros un porcentaje de toda ganancia obtenida por desplegar
alguna de las acciones previamente detalladas en el estatuto de esta
organización. Por ejemplo, si el reglamento de bandidos consagra como actividad
permitida y regulada al hurto, se fija un porcentaje de contribución que puede
oscilar entre el 10% hasta el 20% de lo obtenido. Es decir que si el personaje sustrae
una bolsa con 10 monedas de oro, 1 o 2 pertenecen al gremio, con el resto puede
hacer lo que quiera.
Las organizaciones se diferencian de los gremios porque no
cuentan con control o regulación alguna. Generalmente se emplean para los
juegos de poder dentro de los gobiernos o de los mismos gremios. Basta con que
2 o más personajes (o NPCS) acuerden cumplir con un fin en común para que se de
nacimiento a una organización.
Así mismo, mientras que los gremios se constituyen con miras
a perdurar en el futuro, una vez cumplido el objetivo de la organización, ésta ya no tiene necesidad de proseguir (a menos que surjan nuevos) y tiende a
disolverse.
Las organizaciones suelen caracterizarse por su marcado
perfil clandestino o encubierto. Es por ello que en algunas regiones están
terminantemente prohibidas, sobre todo en aquellos parajes gobernados por tiranías
que intentan mantener todas las actividades de los pobladores bajo control, y
de esta manera, reducir las posibilidades de albergar entre sus gentes
ciudadanos organizados para la rebelión.